After his resurrection, Jesus appeared multiple times to his disciples. He showed them his risen body, asked them to touch his wounds, and ate in front of them to demonstrate that he had really been raised–-body and soul--from the dead. He did this to increase the faith of his disciples.
As part of the resurrection appearances, Jesus also made promises to the disciples. He told them that the Holy Spirit would be sent to them. The Spirit would guide them and remind them of all Jesus had taught them.
The final command of Jesus before his ascension into heaven was this: “Go into the whole world and proclaim the gospel to every creature.” This task, guided by the power of the Holy Spirit, continues to this very day. We rely upon the guidance and protection of the Holy Spirit as we continue our journey through life. One day, we have the hope of joining the risen and ascended Jesus as he sits at the right hand of the Father. Until that time, we proclaim the gospel by our words and our actions so that others too might receive the same reward.
Sincerely in Christ,
Rev. Miguel González
en Español:
Despues de su resurrección, Jesus apareció varias veces a sus discípulos. Les mostró su cuerpo resucitado, les pidío que tocasen sus heridas y comió frente a ellos para demostrar que realmente había resucitado en cuerpo y alma de entre los muertos. El hizo esto para aumentar la fe de sus discípulos.
Como parte de las apariciones de la resurrección, Jesús también hizo promesas a los discípulos. El les dijo que el Espíritu Santo les seria enviado. El Espíritu los guiaría y les recordaría todo lo que Jesús les había ensanado.
El ultimo mandamiento de Jesus antes de su ascensión al cielo fue este: “Id por todo el mundo y proclamad el evangelio a toda criatura.“ Esta tarea, guiada por el poder del Espíritu Santo, continúa hasta el día de hoy. Confiamos en la guía y protección del Espíritu Santo a medida que continuamos nuestro viaje por la vida. Un día, tenemos la esperanza de unirnos a Jesús resucitado y ascendido al cielo, el cual está sentado a la diestra del Padre. Mientras llega ese momento, proclamemos el evangelio con nuestras palabras y nuestras acciones para que otros también reciban la misma recompensa.
Sinceramente,
Rev. Miguel González