After one year of the pandemic, we have now come to the point where vaccines have been developed and many people are receiving shots against the COVID-19 virus. We have been waiting a long time for this to happen and many are now happy to have it. This infection has damaged our daily lives, our relationships and even our politics. We have been reminded of the simple things we perhaps have taken for granted such as friendships, family, meetings, sports, concerts, Masses, etc. Our lives over the past 12 months have shown us just how important these people and events are in our lives.
Even though vaccines have been developed, we know too that there is some confusion and division surrounding getting the shot. Part of that comes from testing of the vaccines using aborted fetal cell lines. Many Catholics are thus reluctant to receive the injection. It is important to note that the Sacred Congregation for the Doctrine of the Faith as well as the United States Conference of Catholic Bishops have indicated that receiving the vaccination does not compromise us morally. While we are free to receive the vaccination, we are also free not to receive it. Either case is morally acceptable.
There are currently three vaccines in use in the United States: Pfizer, Moderna and the one from Johnson and Johnson. If you have a choice, Pfizer and Moderna are the preferred vaccines. If not, you may morally receive Johnson and Johnson. I am not a Catholic bioethicist, moral theologian, bishop or the pope. I am simply relying on the thoughtful recommendation and guidance from these individuals as we attempt to follow a moral compass in keeping with Catholic teaching.
Many of our parishioners have received the vaccination and are preparing to come back to Mass. Many tell me that they have received the vaccination, not for their own good, but for the good and well-being of others. In the past two weeks, I have noticed a growing increase in Mass attendance. I am also hopeful as officials tell us that by the month of May, every American will have had the opportunity to receive a vaccine. This hope and our prayer will lead us back to a time of normalcy.
Because of the increasing in-person attendance, we will be adding a fourth Mass to our schedule so that we can accommodate all those wishing to return for sacraments and fellowship. The additional Mass will begin on Sunday, April 4th. Mark your calendars and help me spread the word to our Assumption Parish family.
Let us pray for all those who continue being fearful and weak because of this pandemic and that this vaccine and the hand of God may help us to feel safe and secure. May we soon get back to a normal way of life confident in the healing power of Our Lord.
Sincerely,
Rev. Miguel González
en español:
Después de un año de pandemia, hemos llegado al punto en que se han desarrollado vacunas y ya muchas personas están recibiendo inyecciones contra el virus COVID-19. Hemos estado esperando por mucho tiempo para que esto suceda y ahora estamos contentos. Esta infección ha dañado nuestra vida diaria, nuestras relaciones e incluso nuestra política. Se nos han recordado que quizás hemos dado por hecho las cosas sencillas, como las amistades, la familia, las reuniones, los deportes, los conciertos, las Misas, etc. Durante los últimos 12 meses se nos ha demostrado cuán importantes son estas personas y eventos en nuestras vidas.
Aunque se han desarrollado vacunas, también sabemos que existe cierta confusión y una gran división en torno a vacunarse. Parte de esto proviene por la prueba de las vacunas utilizando líneas de células por fetos abortados. Por lo tanto, muchos católicos se muestran reacios a recibir la inyección. Es importante señalar que tanto la sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe como la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos han indicado que recibir la vacuna no nos compromete moralmente. Si bien somos libres de recibir la vacuna, también somos libres de no recibirla. Cualquiera de los dos casos es moralmente aceptable.
Actualmente hay tres vacunas en uso en los Estados Unidos: Pfizer, Moderna y la de Johnson & Johnson. Si tiene la opción, Pfizer y Moderna son las vacunas preferidas. De lo contrario, puede recibir moralmente a Johnson & Johnson. No soy un bioético católico, teólogo moral, obispo o Papa. Simplemente confío en la recomendación y guía de estas personas mientras intentamos seguir una brújula moral de acuerdo con la enseñanza católica.
Muchos de nuestros feligreses han recibido la vacuna y se están preparando para regresar a Misa. Muchos me dicen que han recibido la vacuna, no por su propio bien, sino por el bienestar de los demás. En las últimas dos semanas he notado un aumento creciente en la asistencia a Misa. También tengo esperanza en lo que dicen los funcionarios que, para el mes de mayo, todos los estadounidenses habrán tenido la oportunidad de recibir una vacuna. Esta esperanza y oración llevarán de regreso a la normalidad.
Debido a la creciente asistencia en persona a la Eucaristía, agregaremos una más a nuestro horario para que podamos acomodar a todos aquellos que deseen regresar a la vida sacramental y la convivencia parroquial. La Misa adicional comenzará el domingo 4 de abril. Marquen sus calendarios y ayúdenme a correr la voz en nuestra familia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.
Oremos por todos aquellos que continúan con miedo y fragilidad a causa de esta pandemia, para que esta vacuna y la mano de Dios nos ayuden a sentirnos seguros y protegidos. Que pronto regresemos a una forma de vida normal confiando en el poder sanador de Nuestro Señor.
Sinceramente,
Rev. Miguel González