At once Jesus spoke to them, “Take courage, it is I; do not be afraid” (Mt 14:27). These are the words of consolation which Jesus spoke to the apostles while their boat was being tossed about during a violent storm.    Jesus approaches them by walking on water while speaking these comforting words.  However, the apostles didn’t listen to him.  In fact, they thought he was a ghost as only a ghost could walk on water without sinking.  Instead of feeling comfort and peace they felt fear and anxiety.

Those words of Jesus are spoken to us as well when we experience the storms of life.  Just like the apostles, we too can feel overwhelmed with fear.   When we are experiencing thinks like rejection, betrayal, threats, violence, etc. we need to consciously remind ourselves that Jesus is indeed with us – calmly telling us to “take courage.”

We see a similar situation in the Book of Genesis.  After disobeying the Lord, Adam answered Him by saying, “I heard you in the garden; but I was afraid, because I was naked, so I hid” (Gn 3:10). When we feel unprotected, unsupported, unloved, unsafe, unattached, in sin, we feel afraid. Our relationship with God can give us the protection we need but we continue to struggle with turning to the comforts of the world rather than our relationship with God.  We need to remember that the comforts of the world - a house, health, friends, food on the table, control over my life – these do not satisfy us in the way that a relationship with the Lord can.     

In the Parable of the Talents we see that one man doesn’t work and instead buries money out of fear, “Master, I knew you were a demanding person, harvesting where you did not plant and gathering where you did not scatter; so out of fear I went off and buried your talent in the ground. Here it is back” (Mt 25:24-25). This really should make us think – by losing Jesus we can lose everything.

Let us embrace these words of Jesus today as we face the suffering of this world which lead us to be afraid.  Let find our courage and comfort through a deep and solid relationship with the Lord.    

Sincerely,
Rev. Miguel González

en español:

En seguida Jesús les dijo: “Animo, no teman, que soy yo” (Mt 14:27). Estas son las palabras de consuelo que Jesús dirigió a los apóstoles mientras su barca se agitaba durante una violenta tormenta. Jesús se acerca a ellos caminando sobre el agua mientras pronuncia estas palabras reconfortantes. Sin embargo, los apóstoles no lo escucharon. De hecho, pensaron que era un fantasma, ya que solo un fantasma podía caminar sobre el agua sin hundirse. En lugar de sentir consuelo y paz, sintieron miedo y ansiedad.

Esas palabras de Jesús también nos son dichas cuando experimentamos las tormentas de la vida. Al igual que los apóstoles, también nosotros podemos sentirnos abrumados por el miedo. Cuando experimentamos pensamientos como el rechazo, la traición, las amenazas, la violencia, etc., necesitamos recordarnos conscientemente que Jesús realmente está con nosotros, diciéndonos con calma que “tengamos valor”.

Vemos una situación similar en el libro del Génesis. Después de desobedecer al Señor, Adán le respondió diciendo: "He oído tu voz en el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo; por eso me escondí” (Gn 3, 10). Cuando nos sentimos desprotegidos, sin apoyo, sin amor, inseguros, desapegados, en pecado, sentimos miedo. Nuestra relación con Dios puede brindarnos la protección que necesitamos, pero seguimos luchando por recurrir a las comodidades del mundo en lugar de a nuestra relación con Dios. Necesitamos recordar que las comodidades del mundo - una casa, salud, amigos, comida en la mesa, control sobre mi vida - no nos satisfacen de la forma en que lo hace una relación con el Señor.

En la Parábola de los Talentos vemos que un hombre no trabaja, sino que entierra el dinero por miedo, "Señor, yo sabía que eres un hombre exigente, que cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has invertido. Por eso yo tuve miedo y escondí en la tierra tu dinero. Aquí tienes lo que es tuyo."(Mt 25, 24-25). Esto realmente debería hacernos pensar: al perder a Jesús podemos perder todo.

Abracemos estas palabras de Jesús hoy al enfrentar el sufrimiento de este mundo que nos lleva a tener miedo. Encontremos nuestra valentía y consuelo a través de una relación sólida y profunda con el Señor.

Sinceramente,

Rev. Miguel González