We are almost there! In just one week we will be en- tering into the holiest days of the entire year. We call these upcoming days “Holy Week” because they allow us to experience once again the greatest love God showed to the world by giving his only Son for our salvation. Jesus’s unconditional love has given all of us the possibility of the fullness of life in Heaven. Jesus manifested this love by allowing himself to be tortured and killed on a cross. The gospel assures us, "Unless a grain of wheat falls on the ground and dies, it remains a single grain; but if it dies, it yields a rich harvest."
This is a familiar bible passage to us and yet it is difficult to live out on a daily basis. Most of us want to skip to resurrection, reward, and success without going through suffering, pain, and difficulty. And yet, one cannot understand what it means to be a disciple of Christ without the cross.
Holy Week reminds us of the truth that personal sacrifice enriches our lives as well as the lives of other people. When we embrace our daily crosses and offer them for the good of others, God transforms our crosses into something good and holy. That is what we call the “Paschal Mystery” and that is what we are privileged to celebrate once again.
In our parish, we see so many people who make sacrifices for the good of this community. Many in our family of faith can be admired for offering their sacrifices – time, talent, and treasure – for the good. God takes those sacrifices and transforms them into the building up of our parish family. For that, we can all be grateful.
Let us ask the Lord that as we prepare for Holy Week, we might embrace the cross, set aside any selfishness and offer our sacrifices for the good of other people.
Sincerely,
Rev. Miguel González
en Español:
El ¡Estamos casi ahí! En solo una semana entraremos en los días más sagrados de todo el ano. Llamamos a estos próximos días "Semana Santa" porque nos permiten experimentar una vez más el amor mas grande que Dios le mostró al mundo al dar a su único Hijo para nuestra salvación. El amor incondicional de Jesús nos ha dado a todos la posibilidad de la plenitud de la vida en el Cielo. Jesús manifestó este amor al permitirse ser torturado y asesinado en una cruz. El evangelio nos asegura: "Si el grano de trigo no cae en el suelo y muere, queda solo como grano, pero si muere, produce una rica cosecha."
Este es un pasaje bíblico familiar para nosotros y, sin embargo, es difícil vivirlo a diario. La mayoría de nosotros quiere obtener a la resurrección, la recompensa y el éxito sin pasar por el sufrimiento, el dolor y la dificultad. Y, sin embargo, uno no puede entender lo que significa ser un discípulo de Cristo sin la cruz.
La Semana Santa nos recuerda la verdad de que el sacrificio personal enriquece nuestras vidas y las vidas de otras personas. Cuando abrazamos nuestras cruces diarias y las ofrecemos por el bien de los demás, Dios transforma nuestras cruces en algo bueno y santo. Eso es lo que llamamos el "Misterio Pascual" y este es el privilegio que tenemos de celebrar una vez más.
En nuestra parroquia, vemos tantas personas que hacen sacrificios por el bien de esta comunidad. Muchos en nuestra familia de fe pueden ser admirados por ofrecer sus sacrificios: tiempo, talento y tesoro para el bien. Dios toma esos sacrificios y los transforma en la construcción de nuestra familia parroquial. Por eso, todos podemos estar agradecidos.
Pidamos al Senor que mientras nos preparamos para la Semana Santa, podamos abrazar la cruz, dejar de lado cualquier egóísmo y ofrecer nuestros sacrificios por el bien de los demás.
Sinceramente,
Rev. Miguel Gonzàlez