From your Pastor…
Today, we celebrate the coming of the HOLY SPIRIT upon the disciples. The Holy Spirit enabled them to go out and preach the gospel to all creation. But who is the Holy Spirit? If we want to know who is the Holy Spirit, let me explain to you who are the other persons of the Trinity. The three of them are one and always work together. The Father is the intellect, Jesus is the word, and the Holy Spirit is the “ruah” which means the breath, air, and wind. Without this, the intellect and the word would not have sound, the word of God couldn’t be communicated.
The Holy Spirit gives 7 gifts:
The gifts of the Holy Spirit are the permanent dispositions which makes us docile in following the promptings of the Lord. They sustain the moral life and foster the virtues of PRUDENCE, JUSTICE, FORTITUDE AND TEMPERANCE.
Wisdom – The greatest of them. We see as God sees. Wisdom helps us to see divine intervention everywhere. Acts are based upon the intellect and the will. St. Bernard says that “wisdom illumines the mind and instills an attraction to the divine.” The heart is involved.
Understanding – This helps us to comprehend how to live as a follower of Christ by knowing what it takes to be a disciple and to be open and aware of how others think and feel. It means having empathy for others. This illuminates one's understanding of Sacred Scripture.
Knowledge – It is learning the teachings of our faith. We have knowledge of our faith to know the meaning of God. Knowledge allows to see from God’s perspective. It allows to see the greatness of God in everything that we do and everything that we see in his creation.
Counsel – It is a supernatural intuition. Counsel helps us to judge what is right and wrong. We make good decisions when we avoid sin because it is right. We live this out so that we can give good advice to others. This gift perfects in us the virtue of Prudence.
Fortitude - This is willingness to stand up for what is right before God even when it is not convenient for us. We remain strong even when faced with rejection or verbal abuse for standing up for what is good, right and true. It is an expression of courage and endurance. We get a firmness of mind in doing what is good and avoiding evil.
Piety – This involves a deep sense of respect and reverence for God and his Church. Not everyone has that as is gift. This comes from personal holiness. The person relies totally on the Lord and comes to worship with great humility. Piety helps us to appreciate our religion fulfilling the virtue of justice. This is reflected in the Preface of the Mass: “It is just and necessary to give you thanks.”
Fear the Lord – Being aware of the glory of God. See in God the that his greatness is the fulfillment of our desire. Fear of being separated from God. Fear of offending God. This is not being afraid of God and trembling in before his presence. We stand before his presence with joy and awe. This gift builds the virtue of HOPE.
Finally the Nicene Creed describes the identity of the Holy Spirit: “I believe in the Holy Spirit, the Lord, the giver of life, who proceeds from the Father and the Son, who with the Father and the Son is adored and glorified, who has spoken through the prophets.”
As we celebrate Pentecost Day let us remember that today, the Holy Spirit descended upon the apostles and gave birth to our Church.
Sincerely,
Rev. Miguel González
De parte de su Pastor…
Hoy celebramos la venida del ESPÍRITU SANTO sobre los discípulos. El Espíritu Santo les permitió salir y predicar el evangelio a toda la creación. Pero ¿quién es el Espíritu Santo? Si queremos saber quién es el Espíritu Santo, déjame explicarte quiénes son las otras personas de la Trinidad. Los tres son uno y siempre trabajan juntos. El Padre es el intelecto, Jesús es la palabra y el Espíritu Santo es el “ruah”, que significa aliento, aire y viento. Sin esto, el intelecto y la palabra no tendrían sonido, la palabra de Dios no podría comunicarse.
El Espíritu Santo da 7 dones:
Los dones del Espíritu Santo son las disposiciones permanentes que nos hacen dóciles a seguir los impulsos del Señor. Sostienen la vida moral y fomentan las virtudes de la PRUDENCIA, la JUSTICIA, la FORTALEZA y la TEMPLANZA.
Sabiduría – La mayor de ellas. Vemos como Dios ve. La sabiduría nos ayuda a ver la intervención divina en todas partes. Los actos se basan en el intelecto y la voluntad. San Bernardo dice que “la sabiduría ilumina la mente e infunde atracción por lo divino”. El corazón está involucrado.
Comprensión - esto nos ayuda a comprender cómo vivir como seguidores de Cristo sabiendo lo que se necesita para ser un discípulo y estar abiertos y conscientes de cómo piensan y sienten los demás. Significa tener empatía por los demás. Esto ilumina la comprensión de la Sagrada Escritura.
Conocimiento – Es aprender las enseñanzas de nuestra fe. Tenemos conocimiento de nuestra fe para conocer el significado de Dios. El conocimiento permite ver desde la perspectiva de Dios. Permite ver la grandeza de Dios en todo lo que hacemos y todo lo que vemos en su creación.
Consejo – Es una intuición sobrenatural. El consejo nos ayuda a juzgar lo que está bien y lo que está mal. Tomamos buenas decisiones cuando evitamos el pecado porque es correcto. Vivimos esto para poder dar buenos consejos a los demás. Este don perfecciona en nosotros la virtud de la Prudencia.
Fortaleza - Esta es la voluntad de defender lo que es correcto ante Dios incluso cuando no nos conviene. Nos mantenemos fuertes incluso cuando nos enfrentamos al rechazo o al abuso verbal por defender lo que es bueno, correcto y verdadero. Es una expresión de coraje y resistencia. Obtenemos firmeza mental al hacer el bien y evitar el mal.
Piedad: Esto implica un profundo sentido de respeto y reverencia por Dios y su Iglesia. No todo el mundo tiene ese don como regalo. Esto proviene de la santidad personal. La persona confía totalmente en el Señor y viene a adorar con gran humildad. La piedad nos ayuda a valorar nuestra religión cumpliendo la virtud de la justicia. Esto se refleja en el Prefacio de la Misa: “Es justo y necesario darte gracias”.
Temor de Dios – Ser consciente de la gloria de Dios. Ver en Dios que su grandeza es el cumplimiento de nuestro deseo. Miedo a ser separado de Dios. Miedo a ofender a Dios. Esto es no tener miedo de Dios y temblar ante su presencia. Estamos ante su presencia con alegría y asombro. Este regalo construye la virtud de la ESPERANZA.
Finalmente, el Credo de Nicea describe la identidad del Espíritu Santo: “Creo en el Espíritu Santo, Señor, dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe la misma adoración y gloria y que habló por los profetas”.
Al celebrar el Día de Pentecostés recordemos que hoy, el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles y dio origen a nuestra Iglesia.
Sinceramente,
Rev. Miguel González