From your Pastor…
"Every American would have a black box in their home through which the devil would enter.” These are the words that Saint Elizabeth Ann Seton received in a vision. Words that she didn’t understand and yet she still proclaimed them to all the world. Saint Elizabeth Ann Seton was the first Saint who was formerly an Episcopalian. She converted to Catholicism and became the patron saint of Catholic Schools in America. She was born in New York in 1774. She was married and had 5 children. As an Episcopalian, she cared for the poor and was a promoter of her faith and Episcopalian doctrine.
Her husband was ill because of tuberculosis and moved to Italy where he died. During her time in Italy, Elizabeth Ann Seton was exposed to the Catholic Church and the most important aspect of the Catholic Faith, the real presence of the Body and Blood of Christ in the Eucharist. She was conflicted with the idea of becoming Catholic but she found a sense of truth in the Eucharist. After her conversion to the faith, she felt rejected by friends and family. Her rejection resulted in her becoming very poor.
Elizabeth opened a bed and breakfast house for boys, but when people found out she was a Catholic they decided to leave the house. That was the time when she decided to open a Catholic School and from that she created a convent. This was the founding of religious life for sisters in the United States. The object of her convent was charity. Because of her experience with the poor who were often sick, she herself became ill and died in 1821. She was declared a saint by Pope Paul VI in 1975. In order for someone to be considered a saint, two miracles must be attributed to the person’s prayers.
In the 1800’s Elizabeth had the vision that "Every American would have a black box in their home through which the devil would enter.” Now it is believed that her vision was not about the TV but about the cellphones which are all the time in people’s hands. These cell phones often serve to isolate people from ordinary human interaction. It is common to see people sitting at the same table in a restaurant while they are tapping on their phones instead of visiting with one another. Cell phones can be a source of accessing websites that are immoral. They can also be the means for disrespecting others or presenting false images and truths of what it means to be beautiful and happy.
The devil always finds a way to enter into our lives through weakness and temptation. Although cell phones can serve as a great tool for communication, we have to be on guard as to how they can undermine goodness. This is one way that Satan can enter our homes and destroy our communion with one another. Perhaps St. Elizabeth was correct when she identified the black boxes in our homes as the portal of hell.
May each of us allow our love of God to be on guard for the ways that technology can undermine goodness, truth and beauty. In the words of St. Paul, “Do not conform yourselves to this age but be transformed by the renewal of your mind, that you may discern what is the will of God, what is good and pleasing and perfect” (Rom 12:2).
Sincerely,
Rev. Miguel González
De parte de su Pastor…
“Cada estadounidense tendría una caja negra en su casa por la que entraría el diablo”. Estas son las palabras que Santa Elizabeth Ann Seton recibió en una visión. Palabras que ella no entendía y aun así las proclamó a todo el mundo. Santa Elizabeth Ann Seton fue la primera santa que antes era episcopal. Se convirtió al catolicismo. y se convirtió en la santa patrona de las escuelas católicas en América. Nació en Nueva York en 1774. Estuvo casada y tuvo 5 hijos. Como episcopal, cuidó de los pobres y fue promotora de su fe y doctrina episcopal.
Su esposo estaba enfermo de tuberculosis y se mudó a Italia donde murió. Durante su estadía en Italia, Elizabeth Ann Seton conoció la Iglesia Católica y el aspecto más importante de la fe católica, la presencia real del Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía. Estaba en conflicto con la idea de convertirse en católica, pero encontró un sentido de verdad en la Eucaristía. Después de su conversión a la fe, se sintió rechazada por amigos y familiares. Ese rechazo resultó en pobreza.
Elizabeth abrió una casa de alojamiento y desayuno para niños, pero cuando la gente descubrió que era católica, decidieron dejar la casa. Fue entonces cuando decidió abrir un Colegio Católico y a partir de ahí creó un convento. Esta fue la fundación de la vida religiosa de las hermanas en los Estados Unidos. La misión de su convento era la caridad. A causa de su experiencia con los pobres que a menudo estaban enfermos, ella misma enfermó y murió en 1821. Fue declarada santa por el Papa Pablo VI en 1975. Para que alguien sea considerado santo, se deben atribuir dos milagros en intención de lea persona.
En la década de 1800, Elizabeth tuvo la visión de que "Todos los estadounidenses tendrían una caja negra en su hogar a través de la cual entraría el diablo". Ahora se cree que su visión no era sobre la televisión sino sobre los teléfonos celulares que están todo el tiempo en las manos de las personas. Estos teléfonos celulares a menudo sirven para aislar a las personas de la interacción humana ordinaria. Es común ver a personas sentadas en la misma mesa en un restaurante mientras tocan sus teléfonos en lugar de platicar con los demás. Los teléfonos celulares pueden ser una fuente de acceso a sitios web que son inmorales. También pueden ser el medio para faltar el respeto a los demás o presentar imágenes y verdades falsas de lo que significa ser bello y feliz.
El diablo siempre encuentra la manera de entrar en nuestras vidas a través de la debilidad y la tentación. Aunque los teléfonos celulares pueden servir como una gran herramienta para la comunicación, debemos estar atentos a cómo pueden socavar la bondad. Esta es una forma en que Satanás puede entrar en nuestros hogares y destruir nuestra comunión entre nosotros. Quizás Santa Isabel estaba en lo correcto cuando identificó las cajas negras en nuestros hogares como el portal del infierno.
Que cada uno de nosotros permita que nuestro amor por Dios esté en guardia por las formas en que la tecnología puede socavar la bondad, la verdad y la belleza. En las palabras de San Pablo, “No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto. (Rom 12, 2).
Sinceramente,
Rev. Miguel González