From your Pastor…
This weekend, the next capital sin for our reflection is Lust. This sin is cured by chastity and self-control. Lust is a disordered love for someone, it is an unnatural and illicit craving for the body. This is when someone looks for an excess of sexual desires. This sin damages the image and dignity of the other person whereby we see them as objects for pleasure. In Romans 13:14, we see, “But put on the Lord Jesus Christ, and make no plans to satisfy the fleshly desires.” Saint Paul teaches us to run away from those temptations where we can fall and never get out of the vice. The more we know God, the easiest is to stay away from this sin.
Much of social media invites us to immoral ways to live. Media is infested with lust and this educates our children and young adults to live that way. The evil one wants us to be in mortal sin so that when we die, we may go towards him so that he continues accumulating more people for his own. Because the evil one doesn’t know the day or the time of our death, he is therefore persistent with us so that we can sin every day. In this way the Lord will not find us ready to go when he comes. The devil is the one that convinces us that all these aberrations are ok to do.
While society continues to normalize this sin, we continue facing the consequences of marriage separation, divorces, impure thoughts and actions, and vices that are attached to sexual actions. Many apps, movies, songs, daily conversations, and magazines are filled with ways we can immerse into this disordered affection. A seed is planted in our hearts so that sexual desire for a man or a woman makes it difficult to change.
The effort to have pure minds and hearts becomes a huge work to do since our environment is filled with pornography and society has okayed it for us. When society is okay with sins, we immediately justify them when we commit them, saying “everyone does it, this is ok.” We forget about conscience, clean heart, God, and the Church in its teaching which leads to heaven. Jesus says “Watch and pray that you may not undergo the test. * The spirit is willing, but the flesh is weak” (Mt 26:41). Let us ask the Lord to help us to keep ourselves awake so that we may not fall into that temptation and the day He comes, he may find us ready and with pure hearts and minds that are chaste.
Sincerely,
Fr. Miguel González
De parte de su Pastor…
Este fin de semana, el próximo pecado capital para nuestra reflexión es la Lujuria. Este pecado se cura con la castidad y el dominio propio. La lujuria es un amor desordenado por alguien, es un anhelo antinatural e ilícito por el cuerpo. Esto es cuando alguien busca un exceso de deseos sexuales. Este pecado daña la imagen y la dignidad de la otra persona por lo que los vemos como objetos de placer. En Romanos 13:14, vemos: “más bien revístanse del Señor Jesucristo, y no se dejen arrastrar por la carne para satisfacer sus deseos.” San Pablo nos enseña a huir de aquellas tentaciones donde podemos caer y nunca salir del vicio. Cuanto más conocemos a Dios, más fácil es alejarnos de este pecado.
Gran parte de las redes sociales nos invita a formas inmorales de vivir. Los medios están infestados de lujuria y esto educa a nuestros niños y jóvenes a vivir de esa manera. El maligno quiere que estemos en pecado mortal para que cuando muramos vayamos hacia él y de esta manera, siga acumulando más gente para sí mismo. Debido a que el maligno no sabe el día ni la hora de nuestra muerte, él es persistente con nosotros para que podamos pecar todos los días. De esta manera, el Señor no nos encontrará listos para partir cuando él venga. El diablo es el que nos convence de que todas estas aberraciones están bien.
Mientras la sociedad sigue normalizando este pecado, nosotros seguimos enfrentando las consecuencias como la separación matrimonial, los divorcios, los pensamientos y acciones impuras y los vicios que van ligados a las acciones sexuales. Muchas aplicaciones, películas, canciones, conversaciones diarias y revistas están llenas de formas en las que podemos sumergirnos en este afecto desordenado. Se planta una semilla en nuestro corazón para que el deseo sexual por un hombre o una mujer sea difícil de cambiar.
El esfuerzo por tener mentes y corazones puros se convierte en un gran trabajo ya que nuestro entorno está lleno de pornografía y la sociedad nos lo ha aprobado. Cuando la sociedad está de acuerdo con los pecados, inmediatamente los justificamos cuando los cometemos, diciendo “todo el mundo lo hace, esto está bien.” Nos olvidamos de la conciencia, del corazón limpio, de Dios y de las enseñanzas de la Iglesia que nos llevan al cielo. Jesús dice: “Velen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil” (Mt 26,41). Pidámosle al Señor que nos ayude a mantenernos despiertos para no caer en esta tentación y el día que Él venga nos encuentre preparados y con corazones puros y mentes castas.
Sinceramente,
Rev. Miguel González