This past week the daily Mass readings presented us with Jesus in conflict with the Scribes, Pharisees and religious leaders. The Lord confronted them for their misguided priorities and hypocrisy when it comes to the Mosaic Law.
That theme of conflict continues this Sunday as well. The Pharisees are trying to set a trap for Jesus so they can subject him to the punishment of the Romans. They attempt to mix religion and politics with a trick question but Jesus does not fall for it. Instead, Jesus answers their question by saying, “Give to Cesar what belongs to Cesar and to God what belong to God.” (Mt. 22:21) With this answer, Jesus tells them that they have to respect the civil law at the same time respecting God’s law – and, ultimately, civil law must conform to the law of God for it to be a just law.
For us today, we continue to struggle with civil law and the law of God because sometimes they are in conflict. God’s law is reflected, for example, in the Church’s strong stance on the sanctity of human life from conception to natural death. Civil laws which trample on the rights of the unborn are not in conformity with God’s law. In the area of morality, the state has created a new definition of marriage to include same sex couples – in violation of God’s law found in the Book of Genesis and reaffirmed by Jesus Christ. God’s law is also reflected in the advocacy of our Catholic Bishops on behalf of immigrants and their dignity as human beings caught in a complex and controversial situation.
While the civil authorities can help us to maintain the public order, the Church has a role in proving a moral framework and a set of values which can serve as a foundation for the common good. Our voice helps to keep civil laws in accord with the law of God.
Let us ask the Lord that our nation would support priorities that build up human dignity and have laws that are in accord with the will of God.
Sincerely,
Rev. Miguel González
en Espańol:
La semana pasada, las lecturas diarias de la Misa nos presentaron a Jesús en conflicto con los escribas, faríseos y lí deres religiosos. El Señor los confrontó por sus prioridades equivocadas e hipocresí a cuando se trata de la Ley Mosaica.
Ese tema del conflicto continúa este domingo también. Los fariseos esta n tratando de tender una trampa a Jesús para que puedan someterlo al castigo de los romanos. Intentan mezclar religión y política con una pregunta engan osa, pero Jesús no se deja engañar. En cambio, Jesús responde su pregunta diciendo: "Dale a Cesar lo que le pertenece a César y a Dios lo que le pertenece a Dios" (Mt 22:21). Con esta respuesta, Jesús les dice que deben respetar la ley civil y al mismo tiempo, respetar la ley de Dios, y, en última instancia, la ley civil debe ajustarse a la ley de Dios para que sea una ley justa.
Para nosotros hoy, seguimos luchando con la ley civil y la ley de Dios por-que a veces están en conflicto. La ley de Dios se refleja, por ejemplo, en la fuerte postura de la Iglesia sobre la santidad de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. Las leyes civiles que pisotean los dere-chos de los no nacidos no esta n en conformidad con la ley de Dios. En el a rea de la moral, el estado ha creado una nueva definicio n de matrimonio para incluir a las parejas del mismo sexo, en violacio n de la ley de Dios que se encuentra en el Libro del Génesis y reafirmada por Jesucristo. La ley de Dios tambieén se refleja en la defensa de nuestros obispos cato licos en nombre de los inmigrantes y su dignidad como seres humanos atrapados en una situación compleja y controvertida.
Si bien las autoridades civiles pueden ayudarnos a mantener el orden público, la Iglesia tiene un papel en la demostración de un marco moral y un conjunto de valores que pueden servir de base para el bien comu n. Nuestra voz ayuda a mantener las leyes civiles de acuerdo con la ley de Dios.
Pidámosle al Señor para que nuestra nación apoyare las prioridades que construyen la dignidad humana y tenga leyes que estén de acuerdo con la voluntad de Dios.
Sinceramente,
Rev. Miguel González