In our society today, it is a pretty common human chaacteristic to want people to think that we are important. We understand the tendency to want a social status that gives us authority and control. We like it when people admire us. When these are absent, we can get frustrated and even angry.
Contrary to the importance of seeking power and admiration, Jesus gives some radical advice in today’s gospel. He proclaims, “If anyone wishes to be first, he shall be the last of all and the servant of all.” This advice is radically different than the dominant values in our culture. It is also difficult to live out, even for Christians. Very few of us like to be the last one in a long check-out line in the grocery store. Very few of us enjoy being in the last car in a long line driving into Leavenworth. Very few of us enjoy being in the back of a plane and waiting until everyone else collects their bags and gets off the plane. And yet, Jesus still maintains that we should strive to be last of all and the servant of all.
Jesus himself models for us humble service. His service of the sick and poor as well as his washing of the feet of the Apostles at the Last Supper give us an example of “being last.” When we patiently accept being last there are blessings which follow. These include peacefulness, sincerity, humility, and a calm which permeates our relationships with other people.
Let us ask the Lord, that we might become humble servants of God who think of others first, so that we may be part of the elected people for God’s Kingdom.
En nuestra sociedad actual, es una característica humana bastante comun querer que la gente piense que somos importantes. Entendemos la tendencia a querer un estatus social que nos otorgue autoridad y control. Nos gusta cuando la gente nos admira. Cuando esto esta ausente, nos frustrarnos e incluso nos enojamos.
Contrario a la importancia de buscar poder y admiracion, Jesús da algunos consejos radicales en el evangelio de hoy. El proclama: "Si alguno quiere ser el primero, que se haga el último y el servidor de todos". Este consejo es radicalmente diferente de los valores dominantes en nuestra cultura. Tambien es un consejo difícil de vivir, incluso para los cristianos. Muy pocos de nosotros nos gusta ser ultimos en una larga fila en un supermercado. Muy pocos de nosotros disfrutamos de estar en el ultimo automovil en una larga fila que conduce a Leavenworth. Muy pocos disfrutan estar en la parte de atras de un avion y esperar a que todos los demas recojan sus maletas y bajen del avion. Y, sin embargo, Jesus todavía sostiene que debemos esforzarnos por ser los ultimos y los servidores.
Jesus mismo nos modela un humilde servicio. Su servicio a los enfermos y a los pobres, así como el lavado de los pies de los Apostoles en la Ultima Cena, nos da un ejemplo de "ser el último". Cuando aceptamos pacientemente ser los ultimos, hay bendiciones como consecuencia. Estos incluyen la paz, la sinceridad, la humildad y una calma que impregna nuestras relaciones con otras personas.
Pidamos al Senor que seamos humildes siervos de Dios que piensan primero en los demas, para que podamos ser parte del pueblo elegido para el Reino de Dios.
Sinceramente,
Rev. Miguel González