This weekend’s gospel talks about the battle between good and evil. The evil one recognizes the presence of God in Jesus and knows that Jesus has the power and authority over the devil. At the words, “Have you come to destroy us?” the devil assures us that God has power over evil and that God has the ultimate authority. We are told in the scriptures that it is the all-powerful God through whom all things are possible. The struggle we have is that, at times, we don’t trust Him. Even though we know intellectually that God will always win the battle between good and evil, we can still entertain doubts. These doubts leave us uneasy and struggling to find peace.
When we allow doubts to dominate our lives, we are empowering the devil. Satan wants us to doubt and to question. The two things that Satan wants from us are fear and hate. Fear of conversion and sacrifice fuel the power of evil just as hate allows the power of Satan to grow. We cooperate with evil when we engage in gossip, anger, greed and all types of selfish acts.
The antidote for fear and hatred is trust and love. When our lives reflect trust in the power of God and love for Him and our neighbor, we then help to cast Satan into Hell and all demons who prowl the world seeking the ruin of souls.
Let us enter into this spiritual battle with the confidence that God always wins.Sincerely in Christ,
Sincerely,
Rev. Miguel González
en Español:
El evangelio de este fin de semana habla de la batalla entre el bien y el mal. El maligno reconoce la presencia de Dios en Jesús y sabe que Jesús tiene el poder y la autoridad sobre el diablo. Al decir: "¿Has venido a destruirnos?", El diablo nos asegura que Dios tiene poder sobre el mal y que Dios tiene la máxima autoridad.
En las Escrituras se nos dice que es a través de Dios todopoderoso que todas las cosas son posibles. La lucha que tenemos es que, a veces, no confiamos en él. Aunque sabemos intelectualmente que Dios siempre ganará la batalla entre el bien y el mal, aún podemos albergar dudas. Estas dudas nos dejan incómodos y luchamos por encontrar la paz. Cuando permitimos que las dudas dominen nuestras vidas, le damos poder a satanás. Satanás quiere que dudemos y cuestionemos. Las dos cosas que Satanás quiere de nosotros son el miedo y el odio. El miedo a la conversión y al sacrificio alimentan el poder del mal, así como el odio permite que crezca el poder de Satanás. Cooperamos con el mal cuando participamos en chismes, ira, avaricia y todo tipo de actos egoístas.
El antídoto contra el miedo y el odio es la confianza y el amor. Cuando nuestras vidas reflejan la confianza en el poder de Dios y el amor por El y nuestro projimo, entonces ayudamos a arrojar a Satanás al Infierno y a todos los demonios que merodean por el mundo en busca de la ruina de las almas.
Entremos en esta batalla espiritual con la confianza de que Dios siem- pre gana.
Sinceramente en Cristo,
Rev. Miguel González