During the Season of Advent the Blessed Virgin Mary occupies a central role. In many ways, she is an icon for this season. She reminds us about the importance for us to patiently wait for the coming of the Messiah. Mary conceived though the power of the Holy Spirit all the while remaining a virgin, without knowing a man. This coming Tuesday we celebrate the Solemnity of the Immaculate Conception. This is a celebration of Mary as a worthy vessel for God made man in the womb of an obedient mother.
In addition to the Immaculate Conception, during the month of December we also observe the Feast of Our Lady of Guadalupe. It is clear that Our Lady wants to deliver a message to us. She appears to tell us that it is possible for us to keep ourselves filled with grace, being a slave not of this world, but being a slave to the Lord. Being a slave of the Lord leads us paradoxically to true freedom in our lives.
Our Lady of Guadalupe, the one crushes the head of the serpent, comes to us to tell us that she wants to be with us to listen to us, to hear our problems and to shows us Jesus. She appears at Tepeyac to heal our souls and our bodies and to fully integrate us into the Body of Christ so that we might be fully alive.
Mary demonstrates to us that we can actually approach God and be followers of him if we fix our eyes on him. When He becomes our priority, when He takes our first place, when He becomes the center of our lives, then we are led to a deep and profound relationship with Jesus.
Let us pray that, in imitation of Mary, we may be able to avoid sin, embrace obedience, and may we always trust in her maternal care and love for each one of us.
Sincerely,
Rev. Miguel González
en español:
Durante el tiempo de Adviento, la Santísima Virgen María ocupa un lugar central. En muchos sentidos, es un ícono para esta temporada. Ella nos recuerda la importancia que tiene para nosotros esperar pacientemente la venida del Mesías. María concibió a través del poder del Espíritu Santo mientras permanecía virgen, sin conocer a un hombre. El próximo martes celebramos la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. Esta es una celebración de María como un vaso digno de Dios hecho hombre en el vientre de una madre obediente.
Además de la Inmaculada Concepción, durante el mes de diciembre también observamos la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Está claro que Nuestra Señora quiere darnos un mensaje. Ella parece decirnos que es posible que nos mantengamos llenos de gracia, siendo esclavos no de este mundo, sino esclavos del Señor. Ser esclavos del Señor nos lleva, paradójicamente, a la verdadera libertad en nuestras vidas.
Nuestra Señora de Guadalupe, la que aplasta la cabeza de la serpiente, viene para decirnos que quiere estar con nosotros para escucharnos, escuchar nuestros problemas y mostrarnos a Jesús. Ella aparece en el Tepeyac para sanar nuestras almas y nuestros cuerpos y para integrarnos totalmente al Cuerpo de Cristo y así podamos estar plenamente vivos.
María nos demuestra que realmente podemos acercarnos a Dios y ser sus seguidores si ponemos nuestra mirada en Él. Cuando Él se convierte en nuestra prioridad, cuando toma el primer lugar, cuando se vuelve el centro de nuestras vidas, entonces somos llevados a una relación fuerte y profunda con Jesús.
Oremos para que, a imitación de María, podamos evitar el pecado, abrazar la obediencia y confiar siempre en su cuidado y amor materno por cada uno de nosotros.
Sinceramente,
Rev. Miguel González