“For the sake of his sorrowful passion, have mercy on us and on the whole world.” This is the petition that Saint Faustina Kowalska received in prayer through visions and conversations she had with Jesus. Saint Faustina Kowalska was a Polish nun who was born in 1905. During one of her visions, she saw souls in purgatory and was able to ask them about their suffering. They responded by saying “the greatest torment is the longing for God.”
We certainly understand these words in a very personal way. Because of the plague that has spread throughout the world and driven us to stay in our homes, our souls long for the Lord in a sacramental way. We are tormented because of our inability to receive Holy Communion. Like Saint Thomas the Apostle, we long to see the Risen Lord Jesus. We share his doubts and we too have some fear regarding what is going on in our world. In this time of disease, perhaps some of us have taken our faith for granted.
On this Second Sunday of Easter we celebrate the Divine Mercy of Jesus by repeating the petition of Saint Faustina, “For the sake of His sorrowful passion, have mercy on us and on the whole world.” Today we storm heaven with our prayers that God would fill our world with His mercy – a mercy that has the power to crush evil and restore a sense of healing and peace.
I encourage you today to repeat the petition of Saint Faustina. Perhaps you have an image of Divine Mercy which you could place in a prominent place in your home for personal prayer. I also encourage you to pray the Chaplet of the Divine Mercy which you may find through Google.
We pray for a quick end to this plague through the power, love, and divine mercy of Our Lord.
Sincerely,
Rev. Miguel González
en Español:
"Por su dolorosa pasion, ten misericordia de nosotros y del mundo entero". Esta es la peticion que recibió Santa Faustina Kowalska en oración a través de las visiones y conversaciones que tuvo con Jesús. Santa Faustina Kowalska era una religiosa polaca que nació en 1905. Durante una de sus visiones, vio las almas en el purgatorio y les preguntó sobre su sufrimiento. Ellas respondieron diciendo que "el mayor tormento es el deseo intenso por Dios".
Ciertamente entendemos en estos momentos entendemos estas palabras de una manera muy personal. Debido al virus que se ha extendido por todo el mundo y nos ha llevado a permanecer en nuestros hogares, nuestras almas desean intensamente al Señor de una manera sacramental. Estamos atormentados por nuestra incapacidad para recibir la Sagrada Comunión. Al igual que el apostol Santo Tomás, anhelamos ver al Señor Jesús resucitado. Compartimos sus dudas y también tenemos un poco de miedo con respecto a lo que está sucediendo en nuestro mundo. En este tiempo de enfermedad, quizás algunos de nosotros hemos tomado nuestra fe a la ligera.
En este segundo domingo de Pascua celebramos la Divina Misericordia de Jesús repitiendo la petición de Santa Faustina: "Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero". Hoy sacudimos el cielo con nuestras oraciones para que Dios llene nuestro mundo con Su misericordia, una misericordia que tiene el poder sobre el mal y nos restaura trayendo- nos la paz y la sanación.
Les invito hoy a repetir la petición de Santa Faustina. Quizas tenga una imagen de la Divina Misericordia que podría colocar en un lugar destacado de su hogar para la oración personal. También les invito a rezar la Coronilla de la Divina Misericordia que pueden encontrar a través de Google.
Oremos para que esta pandemia termine pronto a traves del poder, el amor y la misericordia divina de Nuestro Senor.
Sinceramente,
Rev. Miguel González