As the numbers of hospitalizations from COVID-19 continue to fall and more people are getting vaccinated, we can finally begin opening the Church for greater participation. Last weekend we received word from the Diocese informing us that those who have received the vaccine are now able to stop wearing a mask and practicing safe-distancing. Moreover, we are no longer asking for registrations. I am sure that many of you are very happy with this news. People almost jumped for joy when the news was shared last weekend. Our Church was filled once again after so many difficult months of restrictions.
As Mass attendance gets back to normal, I have been grateful to welcome many of you whom I have not seen in a long time. This is a good sign. I trust that people will realize that watching Mass from the comfort of a recliner is no substitute for in-person worship. We are called to gather together as a Catholic family, not watch each other through a screen.
Talking with the architects last Wednesday, they said something to the executive committee which was very interesting. They told us that during the pandemic they were asked to design and construct 4 church buildings, including our own. The other three were for non-Catholic congregations. This certainly suggests that people of all Christian faiths continue to be hungry for ability to gather together. It is hopeful that so many people are coming back to God and that their faith is what is keeping them solid and strong.
As we are coming back slowly to the Church, let us continue being cautious about this pandemic and let us continue asking the Lord for strength, for solid faith and deep trust in God.
Sincerely,
Rev. Miguel González
en español:
A medida que el número de hospitalizaciones por COVID-19 continúa disminuyendo y más personas se vacunan, finalmente podemos comenzar a abrir la Iglesia para una mayor participación. El fin de semana pasado recibimos un mensaje de la Diócesis informándonos que aquellos que han recibido la vacuna ahora pueden dejar de usar el cubre boca y practicar distanciamiento seguro. Además, ya no pedimos registrarse. Estoy seguro de que muchos de nosotros estamos muy contentos con esta noticia. La gente casi saltó de alegría cuando se compartió la noticia el fin de semana pasado. Nuestra Iglesia se llenó una vez más después de tantos meses difíciles de restricciones.
A medida que la asistencia a Misa vuelve a la normalidad, agradezco poder darles la bienvenida a muchos de ustedes a quienes no había visto en mucho tiempo. Esta es una buena señal. Confío en que la gente se dé cuenta de que ver la Misa desde la comodidad de un sillón reclinable no sustituye la adoración en persona. Estamos llamados a reunirnos como una familia católica, no a mirarnos a través de una pantalla.
Hablando con los arquitectos el miércoles pasado, nos dijeron a la junta ejecutiva de construcción algo muy interesante. Nos dijeron que durante la pandemia se les pidió que diseñaran y construyeran 4 Iglesias, incluida la nuestra. Las otras tres fueron para congregaciones no católicas. Esto ciertamente sugiere que las personas de todas las religiones cristianas continúan teniendo el deseo de poder reunirse. Es esperanzador que tantas personas estén regresando a Dios y que su fe sea lo que las mantiene sólidas y fuertes.
A medida que volvemos lentamente a la Iglesia, seamos cautelosos con esta pandemia y sigamos pidiendo al Señor fuerza, fe sólida y confianza profunda en El.
Sinceramente,
Rev. Miguel González