From your Pastor…

This is the second part of my article for Eucharistic revival. Following the Gloria during Mass we then proceed according to the General Instruction of the Roman Missal which says this: “Next the Priest calls upon the people to pray and everybody, together with the Priest, observes a brief silence so that they may become aware of being in God’s presence and may call to mind their intentions. Then the priest pronounces the prayer called the ‘Collect’ and through which the character of the celebration finds expression” (GIRM, no. 54). This prayer is the collect prayer because it gathers together or collects all the intentions of the people and the priest prays on behalf of the people.   

The collect prayer is always addressed to God with great confidence and hope. Knowing that he will answer everything we ask for in faith.   We beg his help through Jesus Christ in union with the Holy Spirit – ONE God.  The people answer with a resounding “amen” confirming their belief in what the priest expressed in the collect.   

Right after the collect prayer everyone sits down to listen to the word of God as the scriptures are proclaimed.  This is called the Liturgy of the Word. At this point in the Mass, we listen to a reading of the Old Testament, a psalm, and then a reading from the New Testament.  Finally, we hear the Gospel proclaimed in which Christ himself speaks to us.  The Sunday readings are divided into three cycles:  A, B, and C.  In addition to the readings, the Liturgy of the Word also includes the gospel acclamation, the homily, the creed, and then concludes with the prayer of the faithful. These petitions are offered for the needs of the Church and for the salvation of the whole world.

As we continue our journey of rediscovering the Eucharist, let us thank God for giving us the Sacred Scriptures and the Liturgy of the Word which help us to understand and believe the truths of our faith.

Sincerely,

Rev. Miguel González   
 

De parte de su Pastor…   

Esta es la segunda parte de mi artículo para el avivamiento eucarístico. Después del canto del Gloria durante la Misa se procede según la Instrucción General del Misal Romano que dice lo siguiente: “A continuación el Sacerdote llama al pueblo a orar y todos, junto con el Sacerdote, guardan un breve silencio para que tomen conciencia de estar en presencia de Dios y recordar sus intenciones. Luego el sacerdote pronuncia la oración llamada “colecta” y a través de la cual se expresa el carácter de la celebración” (IGMR, n. 54). Esta oración es la oración colecta porque reúne o recoge todas las intenciones del pueblo y el sacerdote ora en nombre del pueblo.

La oración colectiva se dirige siempre a Dios con gran confianza y esperanza. Sabiendo que Él responderá todo lo que le pidamos con fe. Rogamos su ayuda a través de Jesucristo en unión con el Espíritu Santo – UN Dios. El pueblo responde con un sonoro “amén” confirmando su creencia en lo expresado por el sacerdote en la colecta.

Inmediatamente después de la oración colecta, todos se sientan a escuchar la palabra de Dios mientras se proclaman las Escrituras. A esto se le llama Liturgia de la Palabra. En este punto de la Misa, escuchamos una lectura del Antiguo Testamento, un salmo y luego una lectura del Nuevo Testamento. Finalmente, escuchamos proclamar el Evangelio en el que Cristo mismo nos habla. Las lecturas dominicales se dividen en tres ciclos: A, B y C. Además de las lecturas, la Liturgia de la Palabra también incluye la aclamación del evangelio, la homilía, el credo, para luego concluir con la oración de los fieles. Estas peticiones se ofrecen por las necesidades de la Iglesia y por la salvación del mundo entero.

Mientras continuamos nuestro camino de redescubrimiento de la Eucaristía, demos gracias a Dios por darnos las Sagradas Escrituras y la Liturgia de la Palabra que nos ayudan a comprender y creer las verdades de nuestra fe.      

Sinceramente,

Rev. Miguel González